Para muestra les dejo los primeros párrafos:
"Los envenenados con cianuro lloran mientras mueren. El veneno bloquea la respiración celular y provoca una asfixia minuciosa, pero hasta que eso sucede -hasta que el organismo es una masa de carne sofocada- se producen temblores, vómitos, náuseas. Y lágrimas. Una profusión severa, incontrolable –humillante- de lágrimas. El cuerpo llora, la sangre se torna rojo encendido y el aire espirado tiene el olor de las almendras amargas. Los músculos, por falta de oxigenación, se vuelven oscuros, amoratados..
Entre el 11 de febrero y el 24 de marzo de 1979 tres mujeres argentinas, amigas entre sí, murieron presentando uno o varios de estos síntomas: Nilda Gamba, Lelia Formisano de Ayala –a quien le decían Chicha- y Carmen Zulema del Giorgio Venturini, conocida como Mema.
Las sobrevivió una cuarta amiga de nombre María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, nacida en la provincia argentina de Corrientes en el año 1930, casada con el abogado Antonio Murano, habitante del barrio porteño de Monserrat y madre de un hijo: Martín Murano. Le decían Yiya, Yiyona. Yiyi. Era alta, rubia, nadadora. Le gustaba tomar el té en las confiterías de Buenos Aires, ir al cine, comprar ropa, recibir regalos. Pero poco tiempo después de la muerte de su última amiga la señora Murano dejó de tener una existencia tranquila. Perdió para siempre el nombre Mercedes y fue, por el resto de sus días, Yiya. Los diarios la mostraron en primera plana. La llamaron “la envenenadora de Monserrat”. A todas, decían, las había matado con cianuro"
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