Historias Contadas

Se los prometo!!! Cuando les dije en la primera clase que para escribir bien hay primero que pensar bien, todavía no había leído la entrevista que hace un rato leí en diario Perfil al periodista argentino Martín Caparros. Se titula con una frase del entrevistado (¿les comenté que los mejores títulos suelen surgir en el mismo momento de la entrevista, y se te quedan pegados en la memoria? ¿les dije que si no aparecen en la charla luego son dificilísimos de conseguir"): "Lo bueno de escribir es que ayuda a pensar". Ojalá la frase no tenga copyright...o al menos que le haya puesto Creative Commons....

Entre otras cosas, dice que:

"Escribir es encontrar las potencias del lenguaje. Volver a producirlas ahí donde se habían perdido. Una palabra es algo que el mundo ha usado muchas veces, y la escritura consiste en ver cómo se le puede devolver esa potencia que el uso gastó. Me parece que hay demasiados escritores que no se ocupan de las palabras que usan. Y yo me pregunto de qué carajo se ocupan". 

Pero bueno, lo anterior viene al caso porque antes de encontrar este artículos estaba releyendo las notas que escribió el propio Caparros para un taller de periodismo y literatura que dictó en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). En poco más de una carillas cuenta la realidad clarita de la entrevista y analiza porqué los periodistas suelen tratar tan mal a un formato que es  noble por naturaleza y podría dar lugar a muy buenas notas.

Estoy de acuerdo con la mayoría de los puntos que anota y creo que cualquier periodista honesto -incluyéndome- debería aceptar que alguno vez se dejó llevar por la pereza o la inercia o la falta de pasión, y cometió alguno de estos pecados capitales en contra de la pobre entrevista.

Caparrós dice que para hacer una buena entrevista es necesario:

• llevar un buen cuestionario armado
• escuchar más y callar más
• escuchar, mirar y percibir

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Y no puedo dejar de citar algunos de los pasajes más sabrosos -y tan ciertos- del texto:


El esqueleto
"Un periodista va a hacer una entrevista, pone el grabador, charla un rato y después transcribe ocho preguntas y ocho respuestas. Me da la sensación de que es mucho decir que eso es un periodista. Ha hecho el trabajo de tratar de pensar algunas preguntas, también en la mayoría de los casos no ha pensado las preguntas. Pero aún habiendo hecho todos los deberes –que para una entrevista es leer todo lo que uno 
pueda sobre ese fulano y armar una sucesión de preguntas que es de alguna manera un
esqueleto de la nota que se va a hacer– desaprovecha las posibilidades de la escritura".

El cazador
"En nuestros medios hemos llegado a considerar entrevista a la transcripción notarial de los
fragmentos de un diálogo, con lo cual el periodista desde el momento en que sale de la casa
del entrevistado se transforma en un ser inútil. Un periodista tendría que tener un poco más
de orgullo y ser un poco más que eso. Cuando uno va a hacer una entrevista tiene que ir con
el mismo espíritu de la crónica, del cazador, con la mirada que busca. Una entrevista es un
texto periodístico en el cual puede usarse todo tipo de recursos, como en cualquier otro".

Pueden descargar el texto completo en mi cuenta de Slideshare (en PDF)

Otra entrevista a Caparros que les puede interesar está en eblog, en tres partes.